viernes, 27 de junio de 2014

El Tabernáculo tejido de “Letras”


    Tanto en los tratados talmudistas como en la exégesis de los Padres de la Iglesia, la Biblia, el Libro o Torah es llamado el Árbol de la Vida.  Quizás esta semejanza sea más ostensible al verlo, como antiguamente,  representado como un rollo de pergamino, pues éste presenta un eje sobre el que discurre, como una serpiente, el texto.


      De alguna forma el texto de la “Escritura” y la “Tienda de la Reunión” participan de la revelación divina. El apóstol Juan declara en el prólogo de su Evangelio: «Y la palabra se hizo carne y puso su tienda entre nosotros».  


Este paralelismo comparativo entre el Tabernáculo y el texto de la Biblia se encuentra  simbolizado en las dos formas iconográfícas más comunes de representar la Anunciación. En una la Virgen es visitada cuando se encuentra tejiendo el velo del templo, allí el pintor ha colocado en las manos de María una madeja de púrpura.  Así es  representada en el más antiguo icono de la Anunciación conservado en Rusia, obra de un maestro bizantino del siglo XII. 

En otra la Virgen es visitada mientras está leyendo el texto sagrado. En ambas se hace implícito el paralelismo simbólico entre lo “textil” y el “texto”.


      El Tabernáculo es llamado en hebreo mishkán  ן כ ש מ "morada", fue el santuario móvil construido por los israelitas bajo las instrucciones de Dios dadas a Moisés en el Monte Sinaí.   


     En la interpretación rabínica, la forma y la estructura arquitectónica del Tabernáculo no solo proceden de su forma edificable concreta y reglamentaria, sino de las particularidades del orden de los vocablos, de las disposiciones gramaticales y de las pautas de la sintaxis, todo lo cual le revela al estudioso del tema que el Tabernáculo y el Templo siguen constituyendo una posibilidad significativa.


 En lo que respecta a la Virgen María  ella devino el tabernáculo viviente del Verbo, dejándose penetrar en cuerpo y espíritu por su presencia. Así, ella, es llamada «Tabernáculo del Señor». La Biblia denomina «Mishkán»  al tabernáculo, habitación o morada de lo divino, y la tradición hebrea ha visto aquí su inmanente Divina Presencia o «Schejiná». Para la kábala, la palabra schejiná procede de la raíz de mishkán y los cabalistas la relacionan por equivalencia numérica con el término lengua, idioma «safá».  Safá (שפה) = 300 +80 + 5 = 385; Schejiná (שכינה) = 300 + 20 + 10 + 50 + 5 = 385. Estas correlaciones nos llevan a inferir que nos encontramos ante vestigios de lo que podríamos llamar, lengua adánica o universal.


     Al principio de la Torah, se habla de un misterioso árbol plantado personalmente por Dios, el cual es llamado "Árbol de la vida" (véase Génesis 2:8 y 9) en hebreo   םייח   ץע  Ets jayim. Esta expresión sería usada más tarde por el rey Salomón en referencia a la "sabiduría" término usado alegóricamente para designar "La Palabra" de Dios, como versa: "Es árbol de vida a todos los que se adhieren a Ella" (Proverbios 3:18). "Ets jaim" puede ser también traducido como "Madero de vida" donde encontraríamos de nuevo una alusión a la cruz.


     Estos conceptos podemos hallarlos también insinuados en el pasaje de Éxodo 15:25. El texto nos narra cómo el pueblo de Israel tras su paso del mar Rojo no encuentra agua para beber y cuando la encuentran ésta es amarga ה ר מ   marah. Entonces Dios le muestra a Moisés un árbol  ץע ets, el cual tras ser echado en las aguas   ם י מ, mayim, éstas son éndulzadas.

     De tal forma que aquel árbol que le fue mostrado a Moisés sería una  insinuación del madero en el que Jesús moriría para endulzar la justicia y el rigor de Dios. El pecado del hombre sería aquí comparado a las aguas amargas, las cuales a través de la acción del Mesías son trasformadas en dulces.


     Los misterios que rodean la expiación son sin duda muy profundos y hay todo un mundo de simbologías que transcienden al ámbito terrenal y nos llevan a áreas que exceden nuestra capacidad de comprensión. Se puede reconocer que la muerte del Mesías dejó un huella imborrable implícita en cada una de sus aseveraciones. Mas allá de las profecías que hacen referencia explícita a este hecho, late la irrefrenable pulsión de vida que él nos dejó, oculta entre el laberinto de las palabras, sus letras y aún los espacios en blanco de la Palabra de Dios.

     Pero el nombre de la tóráh  ה ר ו ת   contiene, asimismo, el verbo túr   ר ו ת    que   significa  «circular» ,  y  «explorar,  examinar,  investigar. .. ».   La  palabra   ר ו ת  tór es la «vuelta» el «collar».   La torca celta debe tener la misma raíz ר ו ת. El examen que hacemos sobre la tóráh es por lo tanto descrito por un movimiento circular, un retorno en la profundidad de las palabras y de cada una de las letras, para alcanzar su corazón...



      El exégeta Mario Satz explica la relación semiológica entre el "Libro" o Torá y  la figuración como paloma del Espíritu Santo.  Este vínculo se establece porque  la Torá se escribe en hebreo con las letras tau, vau, rem y hei ( תורה ), de tal forma que si operamos mediante la temurá o aliteración kabalística, -procedimiento exegético tradicional hebreo que consiste en relacionar palabras compuestas con las mismas letras-, obtenemos la palabra "la tórtola" escrita  hei tau, vau, y rem ( ה תור ).  Este vínculo es apreciable en lengua castellana por su homofonía (tor), quizás debido a su etimología hebraica. Este procedimiento semiológico se llama Nirukta en la tradición hindú y ha sido igualmente utilizado por los griegos, especialmente por Platón: la palabra griega que corresponde al Nirukta es “Hermeneia”, y no es solamente una ciencia como la filología o la etimología, sino un procedimiento que consiste en hacer comparaciones entre palabras asonánticamente cercanas.