sábado, 11 de mayo de 2013

El jardín del Nogal


 Hace un tiempo en la Ermita de la Val d' Onsera, estuvimos varios psiconautas bajo un nogal y estuvimos comentando la presencia de ese árbol en casi todos los huertos y claustros de los seminarios, ermitas y conventos. 


Esta ubicación es debida,  además de su valor nutricional excelente para la función nerviosa y circulatoria, a la función de enseñanza simbólica por él representada. Esta determinación simbólica parece originarse en la tradición bíblica. Tradición se traduce en hebreo por la palabra "Kabala". El estudio de la Kabala se desarrolla, pues, en la Creación y todo cuanto nos rodea, como punto de partida para el entendimiento de Quien se nos revela a través de sus obras. Pero esta investigación no se fundamenta en la observación del mundo físico, sino en el estudio de la Ley en su doble vertiente: la externa y la interna, la exotérica y la esotérica.


Así se entienden las comparaciones de la Torá, la Ley, con la nuez, que bajo su dura cáscara (el sentido literal) presenta otras dos finas cáscaras (las interpretaciones tradicionales) cubren el fruto (el sentido místico), al que sólo los Inciciados podrán acceder, o la alegoría del Pardés (palabra de origen persa que significa "jardín", "huerto" y de la cual deriva "el Paraíso"), basada en la conocida cita del Talmud Babilónico y entendida como acróstico de los cuatro niveles de interpretación:
Pesat (sentido literal), Remez (alusión), Deras (enseñanza) y Sod (secreto).


Pues bién, además Pardés, פרדס , Paraíso, mediante la permutación de letras o temurá se transforma en Sefarad סּפרד, España.
 Ya en el cristianismo, la operación de separar las cáscaras de la nuez corresponde a San Miguel.  Sobre su acción se dice:

"Las fuerzas presididas por el arcángel Miguel son fuerzas de equilibrio, de justicia, por lo tanto de discernimiento entre lo bueno y el malo en vista de liberar lo que es bien y de transformar lo que es mal. Pero el bien y el mal están tan estrechamente unidos que no ellos se puede separar prematuramente sin provocar laceraciones”.



El arte de separar los  contrarios es la más difícil que hay; y está en naturaleza que los Iniciados se han instruido en este arte. No es fácil separar la nuez de su ruezno o pericarpio, pero la naturaleza sabe cómo hacerlo: ella deja madurar el fruto, el ruezno se abre solo y la nuez se libra. Esta separación es el símbolo de la madurez. ¿Os acordáis de la parábola del Evangelio sobre la cizaña y sobre el buen trigo? El tiempo de la siega es aquel en que los frutos están maduros.



Necesita por lo tanto esperar aquel momento para separar el mal del bien, y tal separación será obrada por el Arcángel Miguel. 

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