La
palabra «meditación» viene del latín meditatio, (meditatĭo, -ōnis). Deriva de
la raíz indoeuropea “med” medir, cuidar, tratar, modo, manera. Originalmente
indica un tipo de ejercicio intelectual caracterizado normalmente por tener
algunos de estos rasgos: Un estado de concentración sobre la realidad del
momento presente y liberada de su actividad común. Atención que es focalizada
en un único objeto de percepción, como por ejemplo la respiración o la
recitación de palabras constante.
El
verbo meditar viene del latín meditare y posiblemente, este término esté
compuesto de la raíz “med” (medio) y la terminaciónn “iter”. De tal forma que podemos
interpretar que significa mediante iteración.
Iteración
es un vocablo que tiene su origen
en el término latino iteratio. Se trata de una palabra que describe el acto y
consecuencia de iterar, un verbo que se emplea como sinónimo de repetir, entendidos como volver a
desarrollar
acción o
pronunciar de nuevo lo que ya se había dicho.
Itero
viene de la raíz indoeuropea ID que dio Idem, item, Identidad.
El
concepto suele utilizarse para nombrar a la acción de repetir una serie de
pasos varias veces. En el ámbito de la matemática, una función iterada es una
función compuesta consigo misma. Una función compuesta, por otra parte, se
forma por la aplicación sucesiva de otras funciones. Esto quiere decir que la
iteración de una función consiste en la creación de una función compuesta a
partir de la repetición de la propia función.
Las
funciones iteradas son estudiadas en el ámbito de los sistemas dinámicos y de
los fractales, que son los objetos cuasigeométricos cuya estructura se repite a diferentes
escalas.
Los
judios se mueven, al rezar o estudiar la Torá. Parece una forma de mecerse para
adelante y para atrás, no solo se hace exclusivamente frente al Muro Occidental
sino en cualquier lugar que se rece o estudie la Torá.
Los
motivos y razones son variados para este movimiento cadencioso de vaivén son
variados, algunos se apoyan en el escrito: "Todos mis huesos dirán: ''Oh
el Eterno, ¿quién hay como Tú?..." (Tehilim / Salmos 35:10). Por lo tanto,
al momento de compenetrarse en la comunicación con el Eterno, hasta los huesos quieren
ponerse a alabar, de modo tal que el cuerpo salta, bailotea, se estremece en
júbilo de glorificación.
En las doctrinas tradicionales, los libros a menudo se designan por medio de términos que, en su sentido literal, se refieren al tejido. Esto lo vemos claramente en la palabra «texto». Así se podría decir que el “tejido” de la Tora se compone de «urdimbre» y de «trama». La «urdimbre» designa al libro fundamental y la «trama» a sus comentarios.
Sobre el significado de este simbolismo, hay que observar que la urdimbre, formada por hilos tendidos en el telar, representa el elemento inmutable y principal, mientras que los hilos de la trama, que pasan entre los de la urdimbre por el vaivén de la lanzadera, representan el elemento variable y contingente, es decir, las aplicaciones del principio a tales o cuales condiciones particulares. Por otro lado, si se considera un hilo de la urdimbre y un hilo de la trama, nos damos cuenta inmediatamente que su reunión forma una cruz.
De alguna manera el devoto se mueve como la lanzadera del telar, con un vaivén similar y reproduce el recorrido de la trama.
Existe un término utilizado por la Biblia para referirse a un tipo de meditación Se trata de la palabra Shasha (שצשצ). No habría ninguna pista de que se refiere a la meditación si no fuera porque se encuentra a menudo muy próxima a palabras que la denotan, y en especial Siyach. Normalmente traducida como "deleite" o "juego". Shasha puede identificarse como una forma de meditación tanto sobre una base contextual como etimológica.
Según
la mayoría de los expertos, la palabra Shasha, raíz poco usual de 4 letras, se
deriva en realidad de la raíz Sha á ( שצצ ) o Shua (שוצ), que significa "estar ciego". La
encontramos en versículos como éste: "Agrava sus oídos y ciega (sha á) sus
ojos" (Isaías 6.:10). Una connotación de la palabra Shasha es la de estar
ciego y ajeno a todo interés externo, como en el versículo: "La
preocupación y la angustia me han hallado, mas Tus mandamientos son mi arrobo
(shasha) (Salmos 119.:143).
Sin
embargo, otra palabra con la que tiene una estrecha relación es Sha'ah (שצה), que significa
"prestar atención" o "dirigir la atención", como en el
versículo: "A Caín y a su ofrenda [Dios] no prestó atención (sha’áh)"
(Génesis 4.:5). Lo mismo ocurre con el término Yesha (ישצ), "buscar ayuda",
pues la persona que tiene problemas dirige toda su atención hacia su presunto
salvador. Es precisamente de esta última raíz de la que se deriva la palabra
Yeshua (ישוצה), "salvación".
Parece revelador señalar que estas dos palabras aparecen en un solo versículo:
"Yo anhelo Tu salvación (yeshua), oh Dios, Tu Tora es mi arrobo
(shasha)" (Salmos 119.:174).
Así
pues, Shasha denota esa embelesada atención en la que uno es ajeno a toda
influencia exterior. El único versículo que induce a muchos comentaristas a
traducir Shasha como "juego" o "deleite" es: "Un niño
jugará (shasha) sobre la cueva de una cobra" (Isaías 11.:8).
Un detalle que salta a la vista es que el objeto de la meditación
Shasha se expresa casi siempre en función de la Tora o mandamientos de Dios.
Mientras que en otros tipos de meditación también puede enfocarse sobre otros
conceptos, Shasha se relaciona sistemáticamente con la palabra revelada de
Dios. .
Otro detalle
que advertimos es que Shasha está íntimamente asociada con el amor a Dios. La
manifestación más clara de ello se observa en este versículo: "Tu amor
vendrá a mí y me dará vida, porque Tu Tora es mi arrobo (shasha) (Salmos 119.:77).
Vemos otro ejemplo en: "Yo me embeleso (shasha) en Tus mandamientos, a los
que amo" (Salmos 119.:47). El término Shasha está, por ende, muy
relacionado con el amor absoluto a Dios y a sus enseñanzas, y se ve como
producto de esa intensa pasión.
Hay dos lugares donde Shasha y Siyach aparecen en conjunción. El
primero es: "En Tus misterios (pekudim) yo medito
(siyach),
y consideraré Tus caminos. En Tus decretos yo me arrobo (shasha), no olvidaré
Tu palabra... Descubre mis ojos para que yo pueda contemplar las maravillas de
Tu Tora" (Salmos 119.:15-18).
En varios lugares los gramáticos señalan que las formas geminadas, de
las cuales Shasha ( שצשצ)
es un ejemplo, denotan la idea de que algo se repite rápidamente. Otros
ejemplos son: Tzaftzef (צפצף), "gorjear", Tzaltzel ( צלצל), "tintinear", y
Afef (צפצף), "revolotear";
la última palabra procede de la raíz Auf (צוף), "volar".
La palabra Shasha
denotaría entonces una oscilación constante de la concentración, una continua
activación y desactivación de la atención.
Shasha
representa los niveles más altos de meditación, y es significativo observar que
los cabalistas hablan de un concepto similar en los niveles más elevados de
meditación. En su visión, Ezequiel dice: "Los Chayot corrían y regresaban,
como la visión de una luz centelleante" (Ezequiel 1:14). Los cabalistas
señalan que esto no se refiere a los Chayot propiamente dichos, sino a la
visión de Ezequiel. Se encontraba en un nivel tan elevado que no podía sentarse
y mantener constante la mirada: tenía que "correr y volver". Él
contemplaba los Chayot y los veía como "relámpagos", después
regresaba inmediatamente para evitar ser engullido por su propia visión.
Esto se
explica mejor en el Sefer Yetzirah (Libro de la Creación), uno de los más
antiguos y misteriosos textos cabalísticos.
Dice
así:
Diez Sefirot de la Nada,
Su
mirada es como "la visión de un relámpago",
Su
fin no tiene límites,
Y
cuentan que "corren y regresan".
Estos
comentarios explican que cuando uno mira a las Sefirot, sólo puede hacerlo
durante un instante, y las ve como un "relámpago". Quien alcanza este
nivel no puede permanecer en él más que un momento. Debe correr y regresar de
inmediato, lanzando una furtiva mirada a los más elevados niveles del
infinito. Un místico posterior, el maestro hasídico Rabí Nachman de Breslov
(1772-1810), habla de esto en relación con el Ser Infinito (Ain Sof). Dice que
es una Luz tan elevada que sólo puede alcanzarse "tocando y no
tocando", revoloteando hacia delante y hacia atrás, para no perecer en su
interior.
Este parece ser también el
significado de Shasha: una atención embelesada, contemplando los niveles espirituales
más elevados, donde uno es ajeno a todas las influencias externas. Pero además
implica el concepto de "correr y regresar", contemplando y apartando
la mirada, porque ningún ser humano mortal puede mantener de forma continua la
concentración en estos niveles y no perecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario