Tanto en los tratados talmudistas como en la exégesis de los Padres de
la Iglesia, la Biblia, el Libro o Torah
es llamado el Árbol de la Vida.
Quizás esta semejanza sea más ostensible al verlo, como
antiguamente, representado como un
rollo de pergamino, pues éste presenta un eje sobre el que discurre, como una
serpiente, el texto.
De alguna forma el
texto de la “Escritura” y la “Tienda de la Reunión” participan de la revelación
divina. El apóstol Juan declara en el prólogo de su Evangelio: «Y la palabra se
hizo carne y puso su tienda entre nosotros».
Este paralelismo comparativo entre el Tabernáculo y el
texto de la Biblia se encuentra simbolizado
en las dos formas iconográfícas más comunes de representar la Anunciación. En
una la Virgen es visitada cuando se encuentra tejiendo el velo del templo, allí el pintor ha colocado en las manos de María una
madeja de púrpura. Así es representada en el más antiguo icono de
la Anunciación conservado en Rusia, obra de un maestro bizantino del siglo
XII.
En otra la Virgen es visitada
mientras está leyendo el texto sagrado. En ambas se hace implícito el
paralelismo simbólico entre lo “textil” y el “texto”.
El Tabernáculo es llamado en hebreo mishkán ן כ ש מ "morada", fue el santuario móvil
construido por los israelitas
bajo las instrucciones de Dios dadas a Moisés en el Monte Sinaí.
En la
interpretación rabínica, la forma y la estructura arquitectónica del
Tabernáculo no solo proceden de su forma edificable concreta y reglamentaria,
sino de las particularidades del orden de los vocablos, de las disposiciones
gramaticales y de las pautas de la sintaxis, todo lo cual le revela al
estudioso del tema que el Tabernáculo y el Templo siguen constituyendo una
posibilidad significativa.
En lo que respecta a la
Virgen María ella devino el
tabernáculo viviente del Verbo, dejándose penetrar en cuerpo y espíritu por su
presencia. Así, ella, es llamada «Tabernáculo del Señor». La Biblia denomina
«Mishkán» al tabernáculo, habitación
o morada de lo divino, y la tradición hebrea ha visto aquí su inmanente Divina
Presencia o «Schejiná». Para la kábala, la palabra schejiná procede de la raíz
de mishkán y los cabalistas la relacionan por equivalencia numérica con el
término lengua, idioma «safá».
Safá (שפה) = 300 +80 + 5 =
385; Schejiná (שכינה) = 300 + 20 + 10 +
50 + 5 = 385. Estas correlaciones nos llevan a inferir que nos encontramos ante
vestigios de lo que podríamos llamar, lengua adánica o universal.
Al principio de la Torah,
se habla de un misterioso árbol plantado personalmente por Dios, el cual es
llamado "Árbol de la vida" (véase Génesis 2:8 y 9) en hebreo םייח ץע Ets jayim. Esta expresión sería usada más tarde por el rey Salomón en
referencia a la "sabiduría" término usado alegóricamente para
designar "La Palabra" de Dios, como versa: "Es árbol de vida a todos los que se adhieren a Ella"
(Proverbios 3:18). "Ets jaim" puede ser también traducido como
"Madero de vida" donde encontraríamos de nuevo una alusión a la cruz.
Estos conceptos podemos hallarlos también
insinuados en el pasaje de Éxodo 15:25. El texto nos narra cómo el pueblo de
Israel tras su paso del mar Rojo no encuentra agua para beber y cuando la
encuentran ésta es amarga ה ר מ
marah. Entonces Dios le muestra a Moisés un árbol ץע ets, el cual tras ser echado en las
aguas ם י מ, mayim, éstas
son éndulzadas.
De tal forma que aquel árbol que le fue
mostrado a Moisés sería una
insinuación del madero en el que Jesús moriría para endulzar la justicia
y el rigor de Dios. El pecado del hombre sería aquí comparado a las aguas
amargas, las cuales a través de la acción del Mesías son trasformadas en
dulces.
Los misterios que rodean la expiación son
sin duda muy profundos y hay todo un mundo de simbologías que transcienden al
ámbito terrenal y nos llevan a áreas que exceden nuestra capacidad de comprensión.
Se puede reconocer que la muerte del Mesías dejó un huella imborrable implícita
en cada una de sus aseveraciones. Mas allá de las profecías que hacen
referencia explícita a este hecho, late la irrefrenable pulsión de vida que él
nos dejó, oculta entre el laberinto de las palabras, sus letras y aún los
espacios en blanco de la Palabra de Dios.
Pero el nombre de la tóráh ה ר ו ת contiene, asimismo, el verbo túr ר ו ת que
significa «circular» , y
«explorar, examinar, investigar. .. ». La palabra ר
ו ת tór es la «vuelta» el
«collar». La torca celta
debe tener la misma raíz ר ו ת. El examen que hacemos sobre la tóráh es por lo
tanto descrito por un movimiento circular, un retorno en la profundidad de las
palabras y de cada una de las letras, para alcanzar su corazón...
El exégeta Mario Satz explica la relación semiológica entre el
"Libro" o Torá y la
figuración como paloma del Espíritu Santo. Este vínculo se establece porque la Torá se escribe en hebreo con las letras tau, vau, rem y
hei ( תורה ), de tal forma que
si operamos mediante la temurá o aliteración kabalística, -procedimiento
exegético tradicional hebreo que consiste en relacionar palabras compuestas con
las mismas letras-, obtenemos la palabra "la tórtola" escrita hei tau, vau, y rem ( ה תור ). Este vínculo es apreciable en lengua
castellana por su homofonía (tor), quizás debido a su etimología hebraica. Este
procedimiento semiológico se llama Nirukta en la tradición hindú y ha sido
igualmente utilizado por los griegos, especialmente por Platón: la palabra
griega que corresponde al Nirukta es “Hermeneia”, y no es solamente una ciencia
como la filología o la etimología, sino un procedimiento que consiste en hacer
comparaciones entre palabras asonánticamente cercanas.
Hola! Me llamo Andrea y soy estudiante de bellas artes. Hace nada que empecé a escribir un blog sobre viajes y todavía no tengo ningún seguidor/a. Necesito ayuda para empezar a moverme por el mundo de blogger y te invito a pasarte por mi blog y escarbar un poco a ver si te gusta. Agradecería mucho que me siguieras
ResponderEliminarUn saludo!
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